Ayer
por la tarde, cuando todavía no se sabían los resultados definitivos, escribí
en Facebook que la izquierda ganaría o perdería, pero el susto no se lo iba a
quitar nadie. Afortunadamente, además de asustarse, perdieron. Las elecciones,
claro, porque la desvergüenza la conservan intacta.
En
el PSOE dicen ahora que se están planteando dimitir
a Susana Díaz para que Ferraz se implique en la necesaria regeneración de la franquicia andaluza. Es decir, que si
no hubieran perdido, parece, la regeneración no sería tan necesaria, podría
esperar otros cuatro años, quizá… o cuarenta, que tampoco hay que hacer las
cosas en caliente. Que hable de regeneración el partido más corrupto y
delincuente de la Historia de España tiene bemoles… como los tiene el que
defienda que gobierne en Andalucía la lista más votada quien ha llegado al
poder cosechando fracaso electoral tras fracaso electoral: si el suelo
electoral fuera la Tierra, Pedro Sánchez estaría ahora mismo en la cima del
Monte Cook (que está en Nueva Zelanda, nuestras antípodas… ¿lo pilláis?). Lo
único que puede alegrarle el día a dctr
Snchz (qué ganas tengo de verle la cara, porque este hombre no sabe
disimular) es que se ha librado (o está en camino de ello) de quien podía
aspirar a disputarle la primacía en el partido.
Al
otro lado del espectro político, las posturas son… opinables. En el PP
defienden el pactar con Vox porque, dicen, la izquierda no les va a dar
lecciones de democracia. En Ciudadanos, que parece no querer perder ocasión de
quedar como el culo, no descartan tampoco a Vox… pero deslizan la idea de pedir
a peperos y sociatas que hagan presidente a su cabeza de lista. Vamos a ver,
que una cosa es que no gobierne la lista más votada, y otra que lo haga la
tercera con el apoyo de las dos primeras. Francamente, espero que el PP no se
preste a semejante cambalache, porque perdería la poca credibilidad que hubiera
recuperado desde este verano.
Y
mientras, los neocom también están afilando cuchillos, con los órganos regionales pidiendo calma y reflexión
mientras desde los centrales se piden dimisiones. A propósito de lo cual (los neocom, no la sección de ferretería), empieza
a ser un poco cansino que se tilde a Vox de ultraderecha. No entro ni salgo en
si lo son o lo dejan de ser, pero toca las narices que no se defina a los neocom como ultraizquierd. Aquí, o todos
moros o todos cristianos, pero nada de hacer distingos.
Ahora
sólo queda ver si a la derecha del PSOE hay altura de miras o personalismos. Yo,
de Casado, apoyaba a Ciudadanos junto con Vox. Si la cosa sale bien, siempre
podrán decir que ellos colaboraron. Y si sale mal, al fin y al cabo era
Ciudadanos quien presidía la región…
Sí,
lo sé, es un pensamiento de lo más cínico…
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