viernes, 9 de julio de 2021

Es duro dar coces contra el aguijón

Si algo hay que reconocerles a los izquierdistas españoles es que son perseverantes. Por más que la realidad se empeñe en bajarles a la tierra, ellos siguen erre que erre, contumaces, volviendo a intentarlo una y otra vez.

Ocurrió con el ruinoso (para España; habría quien se llenó los bolsillos a base de bien) plan E de zETAp: hace no demasiado saltó la noticia de que el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer planeaba hacer algo parecido, sólo que (no) corregido y aumentado.

Hace un mes, Begoño II, alias la Yoli, presumía de que el consejo de ninistros iba a (mal) gastar ahora la histórica cantidad de cuatro mil novecientos cincuenta millones de euros (ochocientos veintitrés mil seiscientos diez millones de las antiguas pesetas… no demasiado lejos de un billón con be de burrada) en la lucha contra el paro juvenil (concepto este de joven que abarca a gente de cada vez más edad).

Lo que ocurre es que esta medida que no es nueva para el psicópata de la Moncloa. Ya a finales de 2.018, pocos meses después de la moción de censura a Mariano Rajoy, la entonces ninistra de Paro, Magdalena Valerio, presentaba el Plan de Choque por el Empleo Joven 2019-2021, medida que pretendía reducir la proporción de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación. Tendría un coste de dos mil millones de euros, lograría rebajar la tasa de paro juvenil hasta el 23,5% y que ciento sesenta y ocho mil.000 desempleados menores de 25 años se incorporasen al mercado laboral.

Nada más lejos de la realidad. En 2.021, último año de este plan, la tasa de paro juvenil en España no sólo no se acerca, ni de lejos, al porcentaje marcado por el Gobierno, sino que casi lo duplica. Además, la tasa de paro de los jóvenes españoles se ha disparado hasta convertirse en la más alta de toda Europa: en Abril era del treinta y ocho por ciento, por delante de Grecia o Italia.

Pero claro, el dinero público no es de nadie, así que… ¿a quién le importa? A ellos, desde luego, no.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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