Decía Albert Einstein que sólo hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana, pero que sobre el Universo no estaba completamente seguro.
Al igual que carece de límites, la estupidez
humana tampoco conoce fronteras. Si además está respaldada por sesgos ideológicos,
alcanza -como diría el científico judío- dimensiones cósmicas.
Y es que en Roma se ha inaugurado, con motivo
del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un
llamado Museo de Patriarcado. En dicha institución se pretende ofrecer un
espacio para la reflexión y la acción colectiva, para imaginar juntos
un futuro en el que la igualdad ya no sea una meta, sino una realidad.
Eso sí, se centran en el hombre blanco, heterosexual e italiano. Parece que no hay espacios dedicados a varones musulmanes o africanos,ni tampoco a los hombres biológicos que compiten en competiciones femeninas.

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