viernes, 19 de diciembre de 2025

Una cosa pero la contraria

Cuando digo que uno de izquierdas es alguien que predica para los demás lo que no se aplica a sí mismo no me estoy refiriendo únicamente a los izquierdistas españoles.

No, la afirmación es extensible a cualquier otro país del mundo. Y, si hubiera vida más allá de los límites de nuestra pequeña canica azul, apostaría duros contra pesetas a que mi aserto sería tan aplicable en esos entornos alienígenas como las leyes de la Física.

Un izquierdista pregonará el reparto de la riqueza, pero acaparará para sí tantos bienes materiales como le sea posible. Un izquierdista se declarará, además de rojo, feminista, pero con frecuencia visitará prostíbulos y acosará laboral y sexualmente a compañeras de partido. Una izquierdista clamará contra la brecha salarial y defenderá la paridad entre hombres y mujeres, pero medrará únicamente por ser la pareja de su pareja. Una izquierdista bramará sobre la violencia contra las mujeres, pero promulgará una ley que pondrá en la calle a maltratadores y violadores, o les reducirá sustancialmente las condenas.

Una izquierdista, en fin, podrá ocupar un puesto de juez en la Organización de las Naciones Unidas y tener consideración de experta en derechos humanos… y ser condenada por mantener a su criada como esclava.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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