Los retroprogres han puesto el grito en el cielo por el hecho de que la
primera visita exterior de Felipe VI y su esposa haya sido al Vaticano para una audiencia con el Papa. Señalan, y tienen razón, que España es un país
aconfesional o, como suelen decir ellos, laico.
Pero es que el Rey no lo es. No sólo es católico, sino que además lleva el
título de Rey Católico. Y ¡qué demonios!, que vaya donde le plazca.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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