La justicia está polítizada, sí. Pero
no sólo por el hecho de que son los políticos los que nombran a los jueces,
sino también porque muchos jueces, a la hora de fallar, no hacen abstracción de
sus ideas políticas, por lo que no emiten sentencia con arreglo a la Ley.
Sólo así se explica que la Audiencia
Nacional haya absuelto a todos los acusados del cerco a la asamblea legislativa
de la comunidad autónoma catalana aduciendo que se trata de libertad de expresión.
El juez fallón (que no fallante)
parece olvidar que la libertad de una persona termina donde empieza la de los
demás. Y que los parlamentarios de la citada asamblea, por muy miserables que
sean algunos, representan la soberanía popular (al menos en teoría) de acuerdo
con el ordenamiento vigente (otra cosa es que vengan los perroflautas y digan que esto no es democracia y que los elegidos
en las elecciones no les reprensentan… pues ellos a mí tampoco, no te j…oroba).
Y no vale acudir a razonamientos de índole política que no tienen lugar en una
resolución judicial, en la que sólo cabe contemplar elementos jurídicos.
Luego llega el agricultor de Argamasilla y dice que sentencias de este tipo reencuentran a los ciudadanos con la Justicia, y que no se puede castigar más a los ya castigados.
Pero ¿qué castigo ni qué niño muerto? Que les han absuelto, tío grosero…
Por lo menos, en este caso el
Ministerio Fiscal parece que se comporta, y recurrirá la absolución ante el
Tribunal Supremo. Claro, que ya sabemos quiénes nombran a los jueces; y, además,
luego queda el Prostitucional…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
Postdata: lo de grosero aplicado al coordinador general de la coalición comunista no viene a cuento de esta noticia, sino de un hecho del cual fui testigo personalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario