Si las declaraciones de los voceros de
los partidos de extrema izquierda son un vaticinio del futuro que ha de venir,
el destino de España es más bien aciago.
En primer lugar, el ideólogo del
partido de Junior se deja de falsas
modestias y afirma que es evidente que van a gobernar este país. Dejando
aparte la urticaria mental que parece sufrir toda la izmierda patria ante la palabra España,
si tenemos en cuenta que el programa de Podemos es un trasunto del
bolivarianismo, podemos concluir que España acabará como Venezuela… y eso que
nosotros no tenemos petróleo, y el poco que podíamos tener choca contra los ecologistas sandía y los necionanistas
oportunistas.
Por otra parte, el designado por Cayo
Lara como interlocutor con Podemos, Alberto Garzón (vaya apellidito…) ha
declarado que Felipe VI es legalmente el Rey, pero que la legitimidad no se la da. Afortunadamente, no depende de la izquierda el conceder o denegar
legitimidades, por mucho que su autoconcedida superioridad moral les haga creer
tal cosa.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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