sábado, 26 de julio de 2014

Entrar con mal pie

Pocas verdades más palmarias se habrán dicho en la política española que aquella frase de las promesas electorales están hechas para incumplirlas. Lo que pasa es que lo que en España es admitido, tolerado y hasta jaleado, allende nuestras fronteras tiene consecuencias, porque el valor que se otorga a la palabra dada es muy superior, casi sagrado. Hasta el punto de que muchos políticos han visto truncada su carrera no por haber cometido una nimiedad, algo sin importancia en sí mismo, sino por haber mentido sobre el particular.
Por ello, el modo en que se ha estrenado el próximo secretario general del PSOE no es precisamente el mejor para ir haciendo amigos por esos mundos de Dios que quedan al otro lado de los Pirineos. Porque el haber roto el pacto de apoyar a Juncker como presidente de la Comisión Europea no ha impedido la elección del mismo, pero ha dejado a la altura del betún (tampoco es que anduvieran mucho más arriba) a los socialistas españoles a los ojos de la clase política europea respetable… al tiempo que, como muy acertadamente ha señalado el Partido Popular, les hace aparecer como peligrosamente cercanos a esos elementos antisistema, demagógicos y antieuropeístas que han crecido en las últimas elecciones europeas.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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