sábado, 12 de julio de 2014

Tontos de capiroto

La manía de los retroprogres de hablar políticocorrectés no hace que sus palabras sean más inteligibles, sino todo lo contrario. En su afán de emplear lo que llaman un lenguaje no sexista, se emplean en repetir todo usando sucesivamente los dos géneros: compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas, vascos y vascas, y así hasta el hastío (y la hastía también). Claro, que en ciertos casos parecen olvidarse de parte de la sociedad, o de la coherencia: es el caso de las asociaciones de padres y madres de alumnos. Tal parece que no hubiera alumnas, que sus progenitores no se asociaran o que las niñas, directamente, nacieran debajo de un repollo.
Todo ello no evita que sigan diciendo las mismas tonterías de siempre, sólo que tardan el doble en terminar. Claro, que a veces ocurre que, al tener el mecanismo tan interiorizado, sueltan idioteces de un jaez (iba a poner género, pero la cosa podía resultar un poco demasiado chistosa, dado el tono de esta entrada) completamente nuevo.
Así ha ocurrido en el trimonólogo (llamarlo debate sería picar demasiado alto) que han mantenido los tres candidatos a suceder al hijo de P como secretario general de los socialistas. En concreto, el más extraño exponente del socialismo a la sueca (puesto que sólo recurriendo al famoso síndrome de Estocolmo puede explicarse que apoye a quienes le causaron la pérdida de una pierna por el poco quirúrgico método de los explosivos) dijo la que sin duda puede calificarse como bobería solemne de la jornada, al hablar de secretarias de área y secretarios de… áreo. Nada menos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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