La manía de los retroprogres de hablar políticocorrectés
no hace que sus palabras sean más inteligibles, sino todo lo contrario. En su
afán de emplear lo que llaman un lenguaje
no sexista, se emplean en repetir todo usando sucesivamente los dos
géneros: compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas, vascos y vascas, y así hasta el hastío
(y la hastía también). Claro, que en ciertos casos parecen olvidarse de parte de la sociedad, o de la coherencia: es el caso de las asociaciones de padres y madres de alumnos. Tal parece que no hubiera alumnas, que sus progenitores no se asociaran o que las niñas, directamente, nacieran debajo de un repollo.
Todo ello no evita que sigan diciendo
las mismas tonterías de siempre, sólo que tardan el doble en terminar. Claro,
que a veces ocurre que, al tener el mecanismo tan interiorizado, sueltan
idioteces de un jaez (iba a poner género,
pero la cosa podía resultar un poco demasiado chistosa, dado el tono de esta
entrada) completamente nuevo.
Así ha ocurrido en el trimonólogo
(llamarlo debate sería picar
demasiado alto) que han mantenido los tres candidatos a suceder al hijo de P
como secretario general de los socialistas. En concreto, el más extraño
exponente del socialismo a la sueca
(puesto que sólo recurriendo al famoso síndrome
de Estocolmo puede explicarse que apoye a quienes le causaron la pérdida de
una pierna por el poco quirúrgico método de los explosivos) dijo la que sin
duda puede calificarse como bobería solemne de la jornada, al hablar de secretarias de área y secretarios de… áreo.
Nada menos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario