Se nota que Hume escribió la trilogía
dedicada al rey Arturo antes de la de Merlín. El estilo resulta todavía un poco
de principiante, de aficionada.
Este primer volumen narra la vida de
Arturo desde su adolescencia, cuando los que se preocuparon de ponerle a salvo
finalmente decidieron comenzar su educación formal, hasta que, ya adulto, es
proclamado Gran Rey de los britanos. Encontramos aquí muchos personajes que ya
aparecieron al final de la trilogía de Merlín, comenzado por este mismo.
Como crítica, hay que señalar la falta
de uniformidad en los nombres: empezando por Úter, que aquí es Pandragón y en la trilogía de Merlín Pendragón, pero siguiendo por el padre
adoptivo de Arturo, que de Ector pasa a llamarse Antor.
Si bien esta deficiencia podría atribuirse
a los traductores (en tal caso, podrían haber consultado la trilogía que
primero se publicó, para ser un poco coherentes), hay otra que sólo cabe
achacar a la propia autora, ya que se da una versión distinta de varios hechos
relacionados con la concepción y nacimiento de Arturo: la muerte de Gorlois, la
situación de su cabeza durante la concepción del futuro rey (no es lo mismo
tenerla sobre un arcón que en lo alto de una pica), el hecho de que Úter
llegara a ver a su hijo recién nacido (como se dice en este libro) o no (como
se dice en Red de traiciones), o cómo
llegó el bebé al lugar en el que habría de crecer.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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