En este último volumen de su trilogía
dedicada a Merlín, Hume abandona el entorno histórico real en el que desarrolló la acción de la segunda parte y vuelve a
la mitología artúrica pura y dura. Como ella misma indica, el final de esta
historia tenía por fuerza que enlazar con el comienzo de la trilogía dedicada
al rey Arturo, por lo que en algunos aspectos la cosa produce la impresión de
ir un tanto forzada.
Por otra parte, se echa de menos que
no revele la situación final de algunos personajes de relativa importancia
dentro de la trama, como el padrastro de Merlín o su maestra en las artes de la
sanación.
Igualmente, aunque la trama se ha
desarrollado en un ambiente digamos realista,
se introducen aquí ciertos elementos sobrenaturales –como las ocasiones en los
que la diosa Dôn se dirige a Merlín- que chirrían un poco.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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