Hay que tener cuidado con Bolivia. En
su afán por librarse de toda la herencia europea, su líder, el inefable Evo (un
nombre de lo más indígena… ¿habrá alguna Adana
por ahí?) Morales tan pronto achaca la alopecia y la homosexualidad al consumo
de la carne de pollo como recurre a la ingesta de la propia orina como medio
para aliviarse de no sé que males.
Pero la última ha sido de traca:
ahora, los relojes en Bolivia tienen una esfera simétrica a la usada en el
resto del mundo: es decir, el 12 tiene a su derecha el 11, y a su izquierda el
1. Las manecillas, claro, giran también inversamente a lo habitual. Así que a
la hora de dar indicaciones, habrá que tener cuidado al decir en el sentido de las agujas del reloj…
no vaya a ser que uno vaya en dirección contraria a la que pretende.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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