De manera bastante inmerecida,
Santiago Carrillo fue investido doctor honoris
causa por la Universidad Complutense de Madrid. Quizá su pragmatismo le
hiciera ver que no cabía otra salida al franquismo que la transición de la
ley a la ley. Pero tras ese momento de puro cálculo, y conforme su estrella
política se apagaba, retornó a sus viejas y acendradas tendencias de sectarismo
y rencor, espoleado quizá por un epígono tan parecido a él en espíritu como
zETAp.
Ahora es su hijo, rector de la citada
Universidad, el que ha propuesto que otro sectario de extrema izquierda, Junior, sea nombrado profesor honorífico
de dicha institución. Como justificación aduce que su éxito electoral se estudiará en las universidades y argumenta
que pudiendo tener el original para qué
tener copias. Por esa regla de tres, dado que probablemente los asesinatos
indiscriminados e inmisericordes de los terroristas vascos de ultraizquierda
también serán materia de estudio, podría también nombrar profesores honorarios
a tan miserables criminales. Dado de quién es hijo, probablemente se sentiría
como en familia…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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