La izquierda y el sedicente mundo de la cultura viven una especie de
simbiosis que, como en todos los casos en que esta figura tiene lugar en la
naturaleza, beneficia a ambos elementos. Así, los partidos políticos de
izquierda obtienen el apoyo incondicional y casi unánime de los llamados intelectuales (aunque éstos, de
intelecto, anden más bien escasos), mientras que estos últimos, y singularmente
el sector del cine, obtienen jugosas subvenciones para perpetrar productos que
mucha gente no iría a ver ni cobrando.
Por lo tanto, no me ha extrañado lo
más mínimo leer el titular de que el Ministerio de Cultura infringió la ley en las subvenciones otorgadas al cine durante la etapa de González-Sinde. Al fin y
al cabo, la ministra Sinde Scargas
proviene de ese mundillo…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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