jueves, 6 de agosto de 2015

Aficionados

Los neocom son sectarios. Los neocom son demagogos. Los neocom son unos embusteros. Los neocom son unos delinquidores. Los neocom son gente que jalean a las dictaduras de izquierdas mientras critican a las democracias (las que no son populares, se entiende). Los neocom son unos ignorantes. Pero, sobre todo, los neocom son una panda de vagos que, salvo contadas ocasiones, en su vida han dado un palo al agua, tan ocupados como estaban en montar revoluciones de salón, organizar manifestaciones ilegales o pegar a gente de una clase muy inferior a la suya (ellos, que tan de izquierdas son, deberían luchar por una sociedad sin clases).
Este amateurismo, este carácter de aficionadillos a la política, está quedando patente en todos y cada uno de los ayuntamientos importantes (probablemente, también en los menos importantes, pero a esos se les da mucho menos bombo) en los que se han encaramado al poder, casi siempre con ayuda del PSOE. Tan pronto aprueban una medida sin atenerse al procedimiento establecido como convierten en un caos los plenos del Ayuntamiento de la Tacita de Plata.
Eso es lo que pasa cuando, acabada la carrera, te pides una excedencia y te dedicas a escribir chirigotas para charangas carnavalescas (ocupación por lo demás perfectamente respetable, pero que no prepara demasiado para regir una ciudad de cierta entidad… o de cualquier entidad) hasta que el azar y la ignorancia desesperada del electorado te aúpan al puesto de primer edil.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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