Ya he dicho varias veces que la única argamasa
capaz de mantener unido el PSOE es el poder. Prívales de él, y comenzarán a
despedazarse unos a otros como las fieras corrupias que son. Si a esto le
unimos la figura de un secretario general discutido y discutible, capaz de
aliarse con cualquiera con tal de apartar al Partido Popular de los puestos de
mando de ayuntamientos y comunidades autónomas, la juerga está asegurada.
El ejemplo paradigmático sería Madrid, federación que
no es precisamente la más pacífica de entre las españolas. Fuera de las
poltronas municipal y autonómica desde hace un par de décadas, en caída libre
electoral y con sucesivos secretarios generales que, por difícil que parezca,
hacen bueno a su predecesor vez tras vez. la penúltima, de momento, ha sido la
petición al cabeza de lista al Ayuntamiento de la capital de que deje su
puesto, prometiéndole a cambio un escaño de senador. Muy digno él, Carmona ha rechazado la propuesta diciendo que él no tiene precio (será que todavía no lo
han encontrado), diciendo que no descarta ser alcalde de Madrid (si no lo es,
no será por falta de ofrecimiento, porque Esperanza Aguirre se lo ofreció para
que no llegaran los neocom al
gobierno de la Villa y Corte) y llamando a actuar a la militancia.
Mientras, en una réplica pomposa que casi da
arcadas por lo solemne, el PSM (actualmente PSOE-M, creo) ha dicho que el partido tiene que estar por encima de las personas, y la sustituta del digno aunque inane sostén de doña Rojelia ha garantizado a ésta un apoyo leal.
A saber qué entienden estos por lealtad. Porque no dudo que en el PSOE
pueda haber políticos dignos; pero es que son tan difíciles de encontrar…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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