El culetariado
es soberbio (en una curiosa combinación con un insuperable complejo de
inferioridad que se manifiesta tanto más cuanto más títulos ganan). Eso les
hace perseverar en actitudes que podríamos considerar suicidas, aunque uno no
sabe si se deben a la pura estupidez, a la mera testarudez o a una extraña
combinación de ambas.
Poco después de que la Uefa sancionara al Barcelona
con una multa (el dinero es lo único que éstos entienden) porque su afición
portara estrelladas a la final de la
Copa de Campeones (campeones que no habían ganado nada la temporada anterior,
al menos por parte española), el recién elegido presidente (podría decir que reelegido, pero puesto que accedió al
puesto vía despachos por la dimisión del anterior, éstos fueron sus primeros
comicios) señaló que la afición culé debe llevar por Europa la banderita de
marras.
Pues nada, que sigan: como no pueden gastarse
dinero en fichajes, lo podrán emplear en pagar las multas que les irán cayendo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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