Amo a mi país, España, aunque algunas partes del
mismo me gustan menos que otras. Entre las que menos me gustan se encuentra
Andalucía: en ocasiones he dicho que de Despeñaperros abajo no me importaría
gran cosa si la tierra se hundiera en el mar.
Para mí, Andalucía es el epítome de lo peor de los
tópicos españoles (vagancia, juerga, chapuza, improvisación), además de ser el
granero irredento de los votos socialistas (es la única región española en la
que el mismo partido lleva gobernando desde las primeras elecciones
autonómicas). Y los andaluces parecen satisfechos con ello, porque elección
tras elección, con una sola excepción, el Partido Socialista ha sido el más
votado.
Ahora, leo (sin sorpresa, porque nada malo hay en
Andalucía que pueda sorprenderme) que los parlamentarios autonómicos de esa
región recibirán dietas en Agosto aunque no trabajen (curiosa regeneración la
que han traido los partidos que iban a cambiar el sistema y que parecen haberse
amoldado fulminantemente al mismo).
Vamos, una especie de peonadas: trabajan (vamos a
llamar así a lo que hacen) unas cuantas jornadas y viven de ello todo el año…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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