Cuando aparecieron, los neocom supieron capitalizar, al menos demoscópicamente, el
desencanto de una parte de la sociedad con respecto a la situación política en
España. Las encuestas mostraban un ascenso imparable: primero superaron a los paleocom, luego a los socialistas y
hasta parecían ser capaces de ocupar el primer puesto en unas elecciones
generales.
La realidad… la realidad, tozuda ella, resultó ser
otra muy distinta. En las elecciones europeas consiguieron un buen resultado…
para ser la primera vez que se presentaban a unos comicios: no fueron los
primeros, ni siquiera los segundos (la verdad, no sé en qué posición quedaron
exactamente, supongo que los terceros). En las elecciones municipales, de
nuevo, no lograron avanzar: es cierto que controlan varias capitales de
provincia (de hecho, controlan las dos ciudades más importantes, que se dice
pronto), pero no fue por haber ganado las elecciones (aunque en Madrid estuvo
en un tris), sino por el apoyo (en general) de un PSOE dispuesto a cualquier
cosa con tal de que el PP no gobernara.
Y ahora que se aproximan las generales, saltan las alarmas, ya que cabe que sólo sean
terceros… y que Junior abandone, es
de suponer que despechado porque el electorado no le valora como él (cree que)
se merece. A buen seguro, tanto su gestión municipal –y mira que llevan poco-
como el resultado del gobierno de sus colegas
en Grecia le puede haber abierto los ojos a parte de los que les han estado
votando.
A ver si el electorado español va a acabar no
siendo tonto del todo... no las tengo yo todas conmigo, la verdad.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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