La
primera vez que escuché el Brindis de los
Tercios fue en una cena prenavideña de amigos, en 2.004. Lo pronunció el
único de nosotros, creo, que había hecho la mili. No volví a cruzarme con el
brindis hasta hace unas semanas, cuando en un episodio de Olmos y Robles era pronunciado por el pesonaje que interpreta Rubén
Cortada. Y desde entonces no paro de repetirlo mentalmente.
Es una
de esas cosas –como el escuchar La muerte
no es el final en la ofrenda a los caídos por España- que me ponen los
pelos como escarpias. Unos versos que, compuestos por Diego Hernando de Acuña, un
capitán de los Tercios Viejos hace medio milenio, sintetizan perfectamente lo
que debería sentir un español por su país.
Por España, y quien quiera
Defenderla honrado muera
Y el que traidor la abandone
No tenga quien le perdone
Ni en tierra santa cobijo
Ni una cruz en sus despojos
Ni las manos de un buen hijo
Para cerrarle los ojos
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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