viernes, 20 de noviembre de 2015

No hay peor ciego que el que no quiere ver

Como dice una amiga mía, la musulmana es la única de las grandes religiones monoteístas que desde su origen se ha expandido, sobre todo, a sangre y fuego. Es también la única que hoy en día tiene fanáticos que asesinan a los que no piensan como ellos en nombre del, para los asesinos, único Dios verdadero.
Por eso, pretender dialogar con ellos es como intentar hacerlo con el león que te va a devorar o con el tsunami que te va a sumergir: una estupidez y una pérdida de tiempo. Lo era antes de los atentados del pasado Viernes, cuando el ministro español de Asuntos Exteriores (ese miembro del gabinete que de lo que más parece ocuparse es de Cataluña) abogaba por el diálogo intercultural e interreligioso contra los islamistas y decía que la alianza de civilizaciones fue una buena idea (sí, una buena idea para engañar a los bobos que quieren dejarse engañar por aquellos que lo único que persiguen es someternos en el mejor de los casos, y acabar con nosotros en el peor).
Y lo sigue siendo después, cuando doña Rojelia aboga por el diálogo y la empatía (pero no dice con quién) y afirma que se necesitan gestores políticos que valoren la vida y la paz.
Pues si vis pacem, para bellum, que dice el adagio latino.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: