La clase
política que ha detentado el gobierno en Cataluña no es sino una panda de sinvergüenzas.
Esto es algo sabido. Sin embargo, hasta ahora cabía pensar que ese término
significaba nada más (y nada menos) que eran unos bribones.
Ahora
sabemos que es algo más. Que, simplemente, no tienen ninguna preocupación por
aquellos que dicen representar, y que su suerte –la de los representados- no se
les da una higa. Porque cuando los farmacéuticos catalanes, que llevan meses –por
no decir años- sin que la Generalidad les abone aquello a lo que está obligada,
han preguntado al número dos de Arturito
Menos que cuándo cobrarán, el susodicho se ha declarado incapaz de dar una
fecha, añadiendo a continuación que la solución que les propone es que pongan una vela a su patrona de referencia.
Algo
más gordo que una vela encendía yo, y les tiraba a todos de cabeza.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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