Para
cualquier persona con dos dedos de frente, desde el momento en que los neocom saltaron a la palestra dejaron de
ser una alternativa política viable. Para algunos (entre los que me cuento), ni
siquiera lo eran antes de organizarse en un partido, visto cómo se comportaban,
contra quiénes actuaban y quiénes les apoyaban y asesoraban (y eso que,
entonces, no sabíamos de la misa la media).
Sin
embargo, la exposición al escrutinio del público tiene estos gajes. Por una
parte, Junior se esfuerza
denodadamente en decir que no dijo lo que dice la gente que dijo en su día, aún
cuando haya grabaciones de televisión en las que se le ve ensalzando a Chaves y
a ETA y hablando de gente de una clase social muy inferior a la suya con la que
se enfrentó a puñetazos (de lo que se vanagloriaba y encontraba de lo más
natural).
Pero
por otra, va su jefa de prensa y, tras entonarse en la embajada francesa en
Madrid La Marsellesa (como le dije a
mi padre, qué suerte tienen los franceses, que tienen un himno que pueden
cantar… y que no se avergüenzan de hacerlo) va y suelta putos fachas. Como es dudoso que se refiriera a los terroristas
musulmanes (ya sabemos que si actúan así es porque los malvados occidentales
les hemos obligado a que no tengan otra salida que cortarnos el cuello,
acribillarnos o hacernos saltar por los aires), habrá que deducir que se refería
a los cantantes.
Junior, mientras tanto, estaba muy ocupado
intentando llegar a la primera fila del grupo para salir en la foto, después de
haberse mantenido al margen durante el minuto de silencio.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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