En
Estados Unidos tras los atentados del 11 de Septiembre, en el Reino Unido tras
los de 2.005 o en Francia tras este fin de semana, se produjeron cuatro
reacciones comunes: exhibición de banderas, entonar el himno, condenar a los
terroristas (e incluso devolver el golpe) y celebrar servicios religiosos
(hasta en Francia, epítome del laicismo de Estado, no se les caen los anillos
por celebrar una misa oficial en Nuestra Señora de París).
Mientras,
en España, que tiene una historia del arte tan magnífica como la francesa, que
ha gobernado un imperio mayor que el británico y que ha ejercido un dominio
mundial equiparable al estadounidense, nos dedicamos a quemar las banderas, no
tenemos una letra para nuestro himno (siendo más antiguo que el francés y el
estadounidense), guardamos (algunos) un minuto de silencio por los verdugos y
no por las víctimas y confundimos (algunos) laicidad con anticatolicismo.
Y
así nos va, claro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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