Cuando
un político cualquiera emplea términos excesivamente drásticos o rimbombantes
es posible que sólo esté pretendiendo exagerar o llamar la atención de aquellos
a los que se dirige. Ahora bien, si ese político es comunista, uno puede
apostar dos cosas: que lo que dice es falso y que, en cualquier caso, se está
quedando tremendamente corto en relación con sus verdaderas intenciones.
Esto
es lo que pensé (en realidad no es cierto: lo he pensado, al menos de manera
articulada, según iba escribiéndolo, un par de días antes de publicar esta
entrada; pero séame concedida la licencia literaria) cuando leí el artículo
encabezado por el titular de que Iglesias anuncia para 2.018 una ley de cambio climático que acabará con los negacionistas. Vamos por partes.
En
primer lugar, hará cosa de un mes Junior anunció
que los neocom preparaban para
principios del año que (ahora) acaba de comenzar una proposición de ley sobre cambio
climático (no entiendo por qué en el artículo las palabras cambio y climático venían
con mayúsculas) que será histórica,
marcará un cambio de época y con la
que pretenden acabar con los científicos
que lo negaban. Esta frase tiene varios elementos de interés:
- La norma que preparan será histórica. Al menos, no especifica por qué será histórica, puesto que históricos fueron las victorias de Pirro, la travesía de la Armada Invencible, las invasiones de Rusia por Napoleón y Hitler y hasta la candidatura de Walter Mondale a la presidencia de Estados Unidos en 1.984. Todos ellos fueron desastres sin paliativos, sí, pero de proporciones históricas.
- La norma marcará un cambio de época. Todos los políticos aspiran a dejar su marca en la Historia, pero los comunistas, empezando por su paniaguado fundador y siguiendo por todos los demás, son peritos en la materia. En la de aspirar a cambiar la Historia, digo, no en tener éxito (y, desde luego, no para bien).
- Pretenden acabar con los científicos que lo niegan. Tratándose de cualquier otra ideología, uno podría pensar que se trata de acabar con ellos en el ámbito intelectual, de convencerles, de ganarles para las filas de los calentólogos. Tratándose de los comunistas, la Historia (otra vez la palabrita) ha demostrado que cuando acaban con alguien, lo hacen en sentido biológico. Que le dan el pasaporte (al otro barrio), vamos, exactamente igual que los miembros de la religión de paz hacen con los homosexuales. Al menos, yo estoy tranquilo, porque no lo soy (científico, claro; homosexual tampoco, pero ese no es el tema) aunque sea un calentoscéptico.
- Lo que ya es de traca es que digan que quieren hacer una ley, pero no de partidos, ni de técnicos, sino debatida por los colectivos de la sociedad civil. Es decir, que les da lo mismo que quienes debatan el tema no tengan ni puta idea del mismo: son la sociedad civil, y con eso basta.
Y,
para remate, los ejes sobre los que pivotará su propuesta son la transición energética, la economía circular y la justicia climática. Lo primero soy capaz
de comprenderlo, en lo segundo me declaro absolutamente perplejo y en cuanto a
lo tercero… bueno, hace un par de párrafos ya he dejado claro cómo las gastan
los comunistas.
Tengo
un conocido, persona inteligente y culta, que a la frase de el Parlamento británico todo lo puede salvo
convertir un hombre en mujer y viceversa suele apostillar bueno, ahora eso también. Parece que los
neocom pretenden que llueva o haga
sol al albur de sus deseos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
2 comentarios:
Hola. He descubierto tu blog hace unas semanas. Muy divertido.
Alegra ver que todavía hay gente con algo de sentido común.
Gracias.
Te referencian, también:
http://rafaelsilvasandeces.over-blog.com/2018/01/no-entender-como-funciona-el-mundo.html
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