En
esta época de ultracorrección política, parece que casi todo el mundo tiene
derecho a sentirse molesto por cualquier cosa. Y esto, en ocasiones, llega a
extremos verdaderamente ridículos.
Es
el caso de la película Peter Rabbit.
Por lo visto, el villano, o uno de ellos, es alérgico a las remolachas, o a las
berenjenas, o a algún otro vegetal. Y ese villano es vencido cuando es expuesto
al vegetal cuya presencia hace que sus niveles de histamina se disparen. Pues bien,
hay alérgicos que se han sentido ofendidos o molestos por ese aspecto del
guión, y piden que se boicotee la película.
Me parece
una estupidez. Por esa regla de tres, casi todo el mundo estaría legitimado
para pedir la retirada de casi cualquier película o serie de televisión: los
naturales de los estados del Sur de Estados Unidos, la serie Raíces, porque les hace aparecer como
villanos; los acondroplásicos, El
increíble Simon Birch, porque el personaje padece una cierta minusvalía que
limita su desarrollo físico (aunque ignoro si es acondroplasia o qué); los
enfermos de progeria, Jack; los
orientales, las películas de Fu-man-chú; y así sucesivamente.
Como alérgico
al polen de gramíneas que soy, nunca me he sentido ofendido ni molesto cuando
en cualquier película el personaje que sea se pone a estornudar como un
descosido al entrar en contacto con semejante sustancia vegetal.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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