jueves, 1 de marzo de 2018

A la m...


Como me sucedió (al principio) con Rodríguez, uno (es decir, yo) no sabe si lo que predomina en el actual equipo de gobierno municipal de la Villa y Corte, encabezado por esa exjuez filoterrorista y defraudadora del erario público, es la estulticia, la torpeza, el completo sectarismo o la pura y simple maldad. Probablemente, como en el caso de zETAp, se trate de una mezcla de todos esos factores.
Porque vamos a ver. Estamos de acuerdo que el incremento de población en las grandes urbes ha llevado consigo un aumento paralelo del tráfico rodado privado, lo cual, a su vez, provoca un aumento de la contaminación atmosférica. También hay consenso sobre el hecho de que disminuir ese tráfico sería deseable, por cuanto produciría, razonablemente, una disminución de la citada contaminación (aunque conviene no olvidar las calefacciones, que también polucionan lo suyo). Lo que no es realista es pretender cercenar el tráfico privado en un eje tan importante como el que suponen los paseos del Prado, Recoletos y Castellana. A medio (o largo) plazo quizá sería un objetivo ambicioso, pero a corto plazo es algo que resulta, en el mejor de los casos, inviable, y en el peor, catastrófico.
Aunque lo verdaderamente vomitivo es que, con esa puta (eh, si no puedo decir tacos en mi blog, ¿dónde puedo hacerlo?) manía de ponerle nombrecitos rimbombantes a todo, bauticen tal proyecto como un eje cívico. Manda dídimos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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