Ya
hace casi un siglo, el nacionalsocialismo alemán empleó los medios de
comunicación de masas como elemento de adoctrinamiento de la población, con dos
vertientes: el mirarse el propio ombligo y el odio a todos los demás.
Actualmente,
sus más preclaros herederos ideológicos, esto es, los golpistas catalanes –y sí,
les estoy llamando nazis-, siguen los postulados goebbelsianos al pie de la
letra, tanto en lo que se refiere a azuzar el odio a lo que suponga España como
en el apoyo a los asesinos vascos del hacha, la serpiente, la capucha y la
boina. Así, los medios separatistas han denunciado, con motivo del último
panfleto de la banda de ultraizquierda, la dispersión de los terroristas presos y los crímenes sin resolver de los GAL. De los crímenes sin resolver de sus
conmilitones, nada de nada.
Por
ello, que una dirigente regional del Partido Popular vuelva a pedir que se controle la televisión pública regional mueve, casi a partes iguales, a
hilaridad y a lástima.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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