Tanto
Sin vocales como Junior suelen decir, sin el menor empacho, que el Partido Popular
es el partido político más corrupto de
Europa. En el caso del neocom no
hay nada que objetar, puesto que estamos hablando de la contienda política y
(todavía) no sabemos lo suficiente sobre el nivel de corrupción de su formación
política como para descartarle (aunque los indicios parecen encaminarse a que
estaría más mono calladito).
Sin
embargo, en el caso del secretario general del partido político de Filesa,
Malesa, Time Export, los fondos de los GAL, la reprivatización de Rumasa, los
EREs falsos o la Exposición Universal de Sevilla, por citar sólo unos cuantos
casos (la verdad es que en el momento de escribir no me acuerdo de más, pero a
buen seguro que los hay… estamos hablando del Partido Socialista Obrero
Español, al fin y al cabo), en cualquier otro país le harían cerrar la boca a
golpe (metafórico o literal) de crónica periodística. Pero estamos en España, y
aquí nadie parece tener los santos dídimos de hacerlo, o disponer del altavoz
mediático suficiente para sobreponerse a la barahúnda progre.
Pero
es que, además, los corruptos son de lo más cutre. Desde la madre que dijo que
su hijo tenía billetes suficientes como para asar a una vaca hasta el individuo
que se va de putas (literalmente) y para pagar en el club de alterne emplea una tarjeta black de la Junta de
Andalucía.
Y
como excusa dice que se confundió…
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