En
el día de ayer, un conocido me habló de un falangista de aproximadamente mi
edad. Aunque uno sabe que esa ideología todavía tiene partidarios en España, de
edades de todos los rangos, no puede por menos de pensar que es una corriente
política que pertenecería al pasado (en el sentido de que no debería tener
arraigo en la actualidad por responder a una realidad social distinta de la
actual), como también el carlismo…
…o
el comunismo, aunque sea en su vertiente dos punto cero. Claro que, en este
último caso, siempre habrá ingenuos (iba a poner estúpidos, pero me he contenido) que no escarmienten con la
Historia (es decir, que estén dispuestos a repetir los errores del pasado) y
les voten una y otra vez. Por eso, en cierto modo, comprendo la sorpresa de la
sosias de Meghan Markle en el Ayuntamiento de Madrid, cuando señala que no
entiende como los neocom capitalinos
aguantan a pesar de su gestión.
La
explicación ya la dio Einstein: hay dos cosas infinitas, el universo y la
estupidez humana… y de la primera no estaba demasiado seguro.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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