La
izquierda española en general ha tendido a disculpar los asesinatos de la banda
terrorista de ultraizquierda vasca, señalando que nació como una reacción
contra el franquismo. Semejante argumentación adolece de coherencia, puesto que
gran parte de sus crímenes los cometió ya en democracia.
De
los regionalistas, especialmente de los vascos, ya ni hablamos. Laicos o
religiosos, mostraban una comprensión
por los asesinos que rayaba en la complicidad, teñida de un cinismo despiadado.
Igualmente,
se ha dado en dar por terminada a la
banda terrorista, cuando no es así: ni ha entregado las armas, ni se ha
disuelto, ni ha pedido perdón por sus crímenes, ni ha sido derrotada, como casi
todo el espectro político proclama a coro.
Sin
embargo, un leve rayo de esperanza parece atravesar tanta tiniebla. En las
unidades didácticas preparadas para los alumnos de Secundaria y Bachillerato,
para cuya elaboración se ha contado (¡menos mal!) con el apoyo de las víctimas
del terrorismo, se indica que ETA no fue fruto del franquismo y que HB fue clave para que perdurara.
No
parecen mencionar, en cambio, a los recogenueces…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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