A
principios de Noviembre salía la noticia de que Rita Maestripper y cinco concejales más rompían con el Chepas apartándose de las primarias, que
pretendía controlar ese gafe metido a político que antes era el portamaletín de
uniforme de Ma Chacón.
En
plan no os vais vosotros, que os echamos
nosotros, el partido suspendió cautelarmente de militancia a la media
docena de muchachos. Pero la pugna que tenían montada en Madrid (ahora resulta
que a doña Rojelia se le ha subido la
vara –de primera edil- a la cabeza y se cree la nueva qué se yo, Victoria Kent
o Federica Montseny) no era la única que daba dolor de cabeza al de la coleta. En
la lucha entre los posibilistas y los radicales, los neocom también tenían jaleo en Cantabria, La Rioja y Navarra.
A
ver si va a ser cosa de las comunidades uniprovinciales…
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