Supongo
que una de las razones por la que la izquierda y los regionalistas –los enemigos
interiores de la Patria, en suma- odian con todas las fibras de su miserable
ser a las Fuerzas Armadas es porque tienen encomendada, por mandato constitucional,
la tarea de velar por la integridad de España.
Y
como la bruja Piruja es de izquierdas
y regionalista (enemiga al cuadrado, podríamos decir), ya en años anteriores
mostró su disconformidad con que los ejércitos acudieran al Salón de la
enseñanza de Barcelona. Siendo el Gobierno uno no declaradamente enemigo de
España, tuvo que envainársela y tragar quina, mientras los militares
asistentes, que además de oficiales (asumo) eran y son caballeros, mostraban
con ella una educación exquisita que ella ni exhibía ni merecía.
Pero
hete aquí que en verano cambió el signo del Gobierno, y que la titular del
ministerio de Defensa (por amor de Dios, ¿no hay quien aconseje, con un poco de
criterio y de caridad cristiana, a esta mujer cómo debe vestirse en sus visitas
a acuartelamientos para no parecer la hermana tonta de la Hormiga Atómica?)
está a las órdenes de uno al que todo lo que no sea permanecer en el poder se
le da una higa.
Incluso,
que sus ministros hagan el más espantoso de los ridículos, ya sea desmintiéndoles
en un asunto de venta de armas a dictaduras teocráticas islamistas o
mandándoles decir, después de que la suprascrita nigromanta se saliera con la
suya y consiguiera que las Fuerzas Armadas no acudieran a la próxima edición del citado salón, que el ejército sí estará sin ninguna duda en el salón de la enseñanza en Barcelona.
Y
es que hasta alguien con tan pocos escrúpulos como dctr Snchz debe haberse dado cuenta de que una gran mayoría de
españoles están (estamos) hasta los dídimos de según qué cosas con según qué
instituciones.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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