Los
timadores tienen éxito porque siempre hay alguien dispuestos a creerles. Y cuando
ese alguien cae en la cuenta del engaño, le abandonan en busca de una nueva
víctima.
Es
el caso, por ejemplo, de José Guardiola. Para muchos, empezando por él mismo, es
el mejor entrenador del fútbol mundial. Semejante fama, inmerecida desde mi
punto de vista, la consiguió gracias a que coincidieron el jugador más
desequilibrante de los últimos tiempos con la mejor generación de la cantera
culé. Que Guardiola no es tan bueno lo demuestra tanto el hecho de que ha sido
incapaz de repetir los éxitos en otros equipos como que otros entrenadores que
no son tenidos en tanta consideración los han repetido, o casi, en el
Barcelona. Eso unido, además, que el ojo de Guardiola cuando de hacer fichajes
viene a tener la agudeza visual de un ladrillo.
Por
eso, que ahora un jugador alemán se descuelgue diciendo que
Es su culpa. Nos ha engañado diciendo que para ganar era suficiente con tener el 75 por ciento de la posesión, pero no lo es. En el fútbol el resultado es mucho más importante que el control de juego. Tener el control del balón no es suficiente para ganar
produce
franca hilaridad. Porque hace ya cosa de una década, con un setenta por ciento
de posesión del Barcelona, un equipo alemán (creo que el Bayern de Múnich) le
endosó siete goles en una eliminatoria a doble partido. Así que de culpa del
calvo melifluo, nada. La culpa es de los alemanes, por comprar un producto
defectuoso.
En
Inglaterra, en cambio, parece que todavía no se han enterado…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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