Durante
mucho tiempo, el Barcelona ni me iba ni me veía. En cuanto a mi ausencia de
simpatías, estaba sólo un paso por detrás del Real Madrid. Pero eso cambió hará
cosa de veinte años, el día que la afición culerda se puso a gritar Sabonis, hijo de puta.
Incluso
eso habría sido admisible. Pero entonces empezaron a identificarse, directiva y
jugadores, con Cataluña; y no con toda Cataluña, sino con la Cataluña primero
nacionalista y secesionista después; esa Cataluña que niega la categoría de
catalanes a quienes no piensan como ellos. La Cataluña del tres por ciento, de
la inmersión lingüística, del España nos
roba, del Catalonia is not Spain,
de la Colona Catalanoaragonesa y tantas otras monsergas; la Cataluña del golpe
y de los delinquidores, en suma.
Pero
el colmo del surrealismo ha venido del histrión Juan Laporta, que ha amenazado
con que el Farça representará a la selección catalana. Así las cosas, le agradecería al estríper aeroportuario
(¿areostríper?) que me aclarara en qué parte de Catetonia nacieron Ter Stegen, Luis
Suárez, Iniesta o, sin ir más lejos, el enano hormonado.
Por
ver si su alineación era legal, más que nada…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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