La
izquierda siembre se ha atribuido a sí misma una inmerecida superioridad moral
sobre la derecha. En lo único que son superiores es en inmoralidad: han robado
más, han matado más, han mentido más y han corrompido más que la derecha.
Todo
esto supondría problema alguno si los únicos que se creyeran esa patraña fueran
los de la izquierda. El problema es que han conseguido convencer de ello a casi
todos los demás, que no osan alzar la voz por miedo al qué dirán (los de la izquierda, se entiende): es lo que Federico
Jiménez Losantos llama maricomplejines.
Enlazando
con esto, está el tema de las llamadas noticias
falsas (los bulos de toda la vida, vamos; sólo que, dicho en inglés, suena
como más importante: venga, decid todos conmigo feeeeikkk niusssss), que con el auge de las redes sociales han proliferado de mala manera. Y la gente reacciona
ante ellas de modo virulento, aun en los casos en que sean palmariamente apócrifas,
porque muchas veces resultan más verosímiles que los verdaderos comportamientos
de los sujetos a los cuales se atribuyen.
Por
ello, es importante que Facebook, una de las redes sociales más importantes,
haya tomado medidas para intentar atajar esta plaga. Es igualmente importante,
pero tremendamente deplorable, que hayan fichado como censora oficial a Ana Pastor. No, lo la política que ha presidido el Congreso de los Diputados desde
las últimas elecciones generales, sino la sectaria casada con el sectario que
trabajan, ambos dos y valga la redundancia, en esa cadena manipuladora y
sesgada a la que apodan La Secta.
Compadezco
a las pobres gallinas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario