El
doble rasero de la izquierda llega a alcanzar, en algunas ocasiones, niveles
obscenos.
Así,
por ejemplo, la puntilla (aparentemente) a la carrera política de Cristina
Cifuentes vino por una grabación en la que aparecía sustrayendo un par de tarros de crema en un supermercado. Mientras, los neocom han presentado como candidata a la alcaldía de una capital
de provincia –creo que se trata de Ávila- a una asesina que, en palabras del
hermano de su víctima, es una persona fría.
No
quiero ni pensar en las reacciones de todo el rojerío si el candidato se
hubiera presentado por algún partido de derechas, no digamos ya Vox. Pero claro,
siendo de izquierdas, tienen bula hasta para eso.
Porque,
ya sabemos, alguien de izquierdas es genéticamente incapaz de cometer un delito…
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