Desde
aquella vez en que Sebastian Vettel le soltó la réplica de (más o menos) decir que un catalán no es español es como
decir que un bávaro no es alemán no se veía otra semejante. Se ve que los
periodistas necionanistas son más
necios que la mayoría de los separatistas.
Molesto
por el hecho de que el Valladolid no cediera a sus jugadores catalanes para la
pachanga separatista que se habían montado al otro lado del Ebro, un
juntaletras acusó de catalanofobia al conjunto albivioleta. La respuesta de uno de sus futbolistas, Borja Fernández,
no tiene desperdicio:
Tenía escrita una respuesta en plan "si quieres hacemos lo que a ti te salga del rabo, gilipollas", pero he optado mejor por escribirte que el club ha optado por una decisión puramente deportiva, pero como hay tanto victimismo, vais por otro lado. Saludos y peces.
El
escribano, lejos de envainársela y quedarse callado, prefirió replicar,
preguntando al clun qué opinión les merece que un jugador de su equipo utilice
ese lenguaje soez y llame gilipollas a un periodista (en realidad
no lo hizo, aunque tuviera preparado el hacerlo, pero a ver quién se lo hace entender al corto mental éste…). El
futbolista le planchó con una sola frase: Tú
insultas a toda una institución y afición y el problema es mi lenguaje soez.
El
problema es que durante tanto tiempo han estado acostumbrados a que nadie les
tosa que cuando alguien pone pie en pared y les planta cara se extrañan. Pues
que se vayan acostumbrando. Es algo que no acaban de percibir que ha cambiado.
Habrá quienes les rian las gracias o se apoyen en ellos para destruir España,
pero los españoles en general se han cansado.
O
eso quiero pensar.
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