Probablemente,
sólo en Gran Bretaña el pertenecer a la nobleza sigue siendo importante de
algún modo. Incluso aunque se trate de un título menor, como en el caso de la
víctima en este libro, el abolengo es el abolengo.
Dicho
lo cual, la impresión que he sacado de esta obra –que me ha ido interesando más
conforme avanzaba en su lectura- es que la autora utilizó el crimen cuya
solución se busca como un pretexto (llamarlo McGuffin sería despojarlo de importancia, y alguna tiene) para
efectuar una disección de la sociedad de su país. No necesariamente
criticándola, pero sí examinándola con atención. Como es la primera novela que
leo de James, y no sé si leeré más (aunque algunas ganas tengo), no sé si esto
es una constante de su obra o sucede sólo en esta novela.
Para
concluir, un detalle: no compré este libro, ni estaba entre los que pensaba y
comprar y me regalaron. No, se trató de un regalo de un compañero de trabajo,
regalo que agradezco desde aquí porque la obra tiene calidad.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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