Confieso
que ni se me había ocurrido tratar el tema del octogésimo aniversario del final
de la Guerra Civil. Pero el Muy
interesante, cada vez más escorado hacia la política y hacia la izquierda
(cosa que ya hizo que dejara de comprar el Muy
Historia, que además empezaba a repetirse) ha sacado Diarios de guerra, que presenta como una colección única de los periódicos y revistas de la Guerra Civil
Española. Ejemplares originales facsímiles y copias reimpresas para ser leídas
tal cual aparecieron en su día.
Eso
no es sino una nueva muestra del afán de la izquierda por volver, una y otra
vez, por lo que sucedió hace ya ocho décadas. Ochenta años, que se dice pronto.
Porque ya quedó muy claro en el último parte de guerra:
En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado.
La
guerra terminó. Los sublevados vencieron. Los republicanos perdieron. Esto fue
así, esto es así y esto será así por mucho que se empeñen los defensores (que
no los descendientes, pues muchos de estos rojos
de ahora son hijos de los azules de
antaño) de una nada idílica república. El franquismo quizá fuera malo, incluso
terrible; pero, desde mi punto de vista –un punto de vista que jamás podrá ser
verificado, puesto que la Historia es la que es- infinitamente preferible a la
alternativa.
Así
que mejor que dejen descansar a los muertos y se ocupen de los vivos. O, al igual que surgieron antifranquistas retroactivos, van a provocar que surjan más franquistas de los que nunca hubo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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