miércoles, 6 de mayo de 2015

Si mis principios no le gustan, tengo otros

En su afán por intentar alcanzar el poder como sea, Junior se debe haber equivocado de Marx, y del alemán Karl ha saltado al estadounidense Julius, más conocido por Groucho, una de cuyas frases –la que, ligeramente modificada, titula esta entrada- parece haber ahora adoptado.
Me refiero al hecho de que, tras vituperar la bandera que representa a España y a los españoles desde hace casi dos siglos y medio, salvo seis infaustos años (no recuerdo en qué términos, pero teniendo en cuenta que se refirió al himno, de aproximadamente igual antigüedad, como cutre pachanga fachosa, probablemente no serían aptos para todos los públicos), en un intento de atraerse (o de no repeler, más bien) a ese electorado moderado (o de centro) sin el cual es imposible ganar una elecciones en España, ahora busca asumirla como un símbolo.
El problema son sus bases, que no reconocen como propia, aparte de la de la hoz y el martillo, más que la tricolor de la Segunda República. Que tenga cuidado el coletas, no sea que acabe ahorcado con ese símbolo que, por razones de conveniencia, quiera ahora adoptar…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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