La teoría está muy bien. Lo malo es
cuando llega el momento de llevarla a la práctica. Y es que la realidad tiene
la desagradable costumbre de no plegarse a los deseos de los teóricos, ni
siquiera cuando estos son neocom.
Junior y sus muchachos se han hartado a
decir que cuando lleguen al Gobierno de España (ojito: cuando, no si) harán
esto, lo otro y lo de más allá, de modo que España dejaría de ser ese páramo
neoliberal sometido al imperio de los
mercados y sería poco menos que el paraíso de la clase trabajadora.
Con el alza en las encuestas, los de
los círculos han tenido que bajar de ese cielo que pretendían tomar por asalto
y empaparse de un poco de realismo. Como consecuencia, sus postulados innegociables han pasado a ser
matizables y matizados, y tan pronto están en conversaciones con la casta de la Susana para permitir una
investidura como dice que, por el momento,no aplicarán su renta básica universal.
Lo que no se bajan de la burra del
paraíso en la tierra son los secesionistas catalanes, que siguen emperrados en
que serán más ricos, más trabajadores y hasta más guapos y felices cuando se
separen de España.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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