lunes, 9 de noviembre de 2015

Adiós, Pablito, adiós

Hace año y medio, Junior dejó (afortunadamente) de ser un gran desconocido para la mayor parte de los españoles cuando su formación, a la que he dado en denominar neocom, se convirtió (moralmente) en la gran triunfadora de las elecciones al Parlamento Europeo, ya que consiguió cinco escaños, entre ellos uno para el de la coleta.
Digo que afortunadamente ya no es un desconocido porque en este año y medio se han ido conociendo detalles del personaje; detalles que pintan un retrato nada favorecedor si el que lo contempla es alguien que cree en la democracia. Entre esos detalles está la querencia por regímenes autoritarios como el de Venezuela; el venderse a teocracias homófobas y expansionistas como la iraní; el no creer en la libertad de expresión (de los demás), comandando algaradas (desde una confortable segunda fila) contra quienes pretendían dar una conferencia en la universidad; el clasismo (hablaba de alguien de una clase muy inferior a la mía) incompatible en quien ha hecho de la casta un mantra cansino hasta el hartazgo; el de alguien que, llegado el caso, soluciona las controversias a puñetazos, y se ufana de ello; el de alguien que apoya a los asesinos terroristas y no condena a quienes pretenden desmembrar España.
Ahora, año y medio después, Junior deja su euroescaño. Teniendo en cuenta lo poco que ha ido por allí, es poco probable que nadie note que ha dejado de ser europarlamentario. Y si alguien se da cuenta, probablemente suspire aliviado.
Al fin y al cabo, un pelma menos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: