domingo, 24 de julio de 2016

¿Laicismo? No, gracias

Cualquiera que siga este blog desde hace tiempo habrá leído unas cuantas veces lo que voy a escribir a continuación: los sedicentes laicistas españoles son, en realidad, anticatólicos. Resulta bastante evidente cuando cargan contra la jerarquía, los dogmas, los ritos y las manifestaciones de la Iglesia Católica, pero no de las demás confesiones cristianas. Probablemente, la única otra religión a la que dedican tantos denuestos e improperios es la judía.
Con el Islam, en cambio, y por decirlo pronto y mal, pierden el culo. Es algo en verdad extraño, puesto que el Islam es una religión mucho más intolerante que las otras dos de las cuales desciende. Intolerancia no sólo de palabra, sino también de obra: como suelo decir, con un poco de humor negro, los cristianos (y quizá los judíos) más radicales condenan al infierno a (por ejemplo) los homosexuales; sus equivalentes musulmanes, además, les pagan el billete de ida. Y sin embargo (o precisamente por ello), ahí están los (y las) progres, profanando lugares de culto cristianos, pero cuidándose muy mucho de hacer lo mismo con cualquier mezquita de tres al cuarto.
Un ejemplo de este babeo desmesurado ante la religión creada por el pastor árabe lo tenemos en la actuación del inefable alcalde de Cádiz, que ha evitado todo lo posible el acudir (institucionalmente hablando) a los actos de la Semana Santa gaditana de este año, pero que en cambio se ha apresurado a concurrir a las celebraciones del fin del Ramadán.
Debe ser que se está preparando para cuando los descendientes de Tarik y Muza se decidan a emular a sus antepasados.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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