viernes, 29 de julio de 2016

Si lo dijera la Botella…

La anterior alcaldesa de Madrid estaba señalada desde el principio de su carrera política por ser la esposa de quien es. Lo que la progresía disculpó en la (entonces) mujer de Felipe González (una profesora que, recordémoslo, dijo aquella perla de jóvenes y jóvenas, antecedente indudable del miembros y miembras de la Viviana Fernández), lo condenó sin paliativos en una mujer que, al margen de haberse casado con el enemigo nº 1 (Franco mediante) de la izmierda, aprobó unas oposiciones (con el esfuerzo que eso supone, y sé de lo que hablo) y tenía una carrera profesional propia.
La actual alcaldesa, un desastre como juez y como política, sale a ocurrencia casi diaria, ocurrencias que dejan en nada lo del relaxing cup of café con leche in the Plaza Mayor de su predecesora. Sin ir más lejos, cuando hace dos semanas cayó una rama de un árbol y mató a una persona –hechos similares ocurrieron durante el mandato de Botella y se la puso a caer de un burro-, todo su análisis consistió en decir que los árboles están vivos y de pronto fallecen.
Una muestra más de que, en la política española, el Principio de Peter está más que superado.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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