domingo, 10 de julio de 2016

Más vale tarde que nunca

El que me siga en este blog sabe que no siento la menor simpatía, ni personal ni profesional, por Vicente del Bosque. En lo personal, porque con esa costumbre de no decir nunca una palabra más alta que otra se ha ganado una fama de bonhomía que considero totalmente inmerecida; no es que sea una mala persona, es que es, simple y llanamente, una persona como los demás: salió del Real Madrid de aquella manera, y sigue respirando por la herida cosa de década y media después.
En lo profesional lo considero, siendo generosos, un técnico del montón (la prueba es que cuando tuvo que gestionar un equipo sin figuras, en Turquía, salió antes de tiempo del equipo por los discretos resultados), por mucho que haya ganado una Eurocopa y un Mundial. En mi opinión, se encontró el equipo y el sistema hechos por quien le precedió en el cargo (ese sí que sabía de fútbol), y mientras la cosa aguantó seguimos cosechando éxitos. Cuando la generación se agotó, o se fue diezmando, no es que volviéramos a donde solíamos estar antes (esto es, a quedar eliminados en cuartos de final), sino que estamos todavía peor: eliminados de forma sonrojante en la fase de grupos del Mundial, y en octavos en la última Eurocopa.
Finalmente, con dos años de retraso, como mínimo, el Marqués del Bosque ha decidido abandonar la poltrona de seleccionador nacional y no seguir en un puesto para el que no está calificado, ni profesional ni humanamente. Porque, de haberlo estado, al Mundial de Brasil habría llevado, no a gente de los suyos (es uno de los nuestros, solía decir), sino a los que estaban en mejor forma; habría llamado al orden al defensa central del Farça por sus continuas salidas de tono, que motivan que se le pite en casi todos los estadios de España; o no se marcharía poniendo a parir al titular, durante muchos años, de la portería de la selección española.
Aunque el interfecto se lo merezca, porque es otro para dar de comer aparte.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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