En
lo referente a la mayoría de las personas relacionadas institucionalmente con
el Fútbol Club Barcelona, y en concreto con la sección que da nombre a la
entidad (siempre hay excepciones como Carlos Puyol, un caballero dentro y fuera
del terreno de juego… ya podría aprender más de uno), creo que hay tres
factores concurrentes –en diversas proporciones según de quién hablemos- que
explican muchos de los dichos y hechos de esas personas: soberbia, estulticia y
desfachatez. Una combinación peligrosa donde las haya para el que la padece,
pero que da lugar a situaciones de lo más cómicas para los demás.
Tomemos
el caso del (de momento) penúltimo presidente de la entidad, Sandro Rosell,
actualmente entre rejas. El caballerete ha pedido la excarcelación alegando que
no hay riesgo de fuga porque es conocido en todo el planeta (y parte del
extranjero, le faltó añadir).
¿Soberbia?
¿Estulticia? ¿Desfachatez? ¿Varias o todas las anteriores, y en qué proporción?
Es difícil de determinar qué ha movido al culerdo a hacer semejante solicitud. Por
esa regla de tres (lo de que es conocido en
todo el planeta vamos a darlo por bueno, aunque yo diría que habrá muchísima
gente que no tendrá ni refitolera idea de quién es este chisgarabís), debería
haberse liberado a Al Capone mucho antes de su excarcelación por enfermedad,
pues era igualmente conocido en todo el mundo mundial.
Si
yo fuera su señoría, no sólo no excarcelaba a este individuo, sino que incluso
solicitaría su extradición, porque es más que evidente que está en la Luna…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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