No recuerdo a santo de qué compré esta novela, máxime después de haber leído Solaris. Sin embargo, me alegro de haberlo hecho.
Esta obra puede incluirse dentro de lo que suele llamarse ciencia ficción (quizá ficción científica sería una traducción más ajustada, puesto que las obras de este tipo son sustantivamente ficción y adjetivamente científicas, y no al revés… en general) dura. Pero estaría al final de la escala de Mosh de la ciencia ficción (adamantina sería el término que emplearía), porque hace que 2.001 (la novela, pero también la película) parezca, en comparación, literatura de evasión.
Lem utiliza como excusa la trama de una expedición a un planeta lejano para contactar con vida inteligente para exponer, a lo largo de quinientas páginas, sus ideas sobre el tema. Pocas veces me he topado en una novela más claramente con el hecho de que, cuando habla un personaje (aquí, cuando habla casi cualquier personaje), es realmente el autor el que está hablando.
Por otra parte, Lem te deja con la duda de a quién salvaron en Titán, y si ese quién sobrevive a la última página o no. Página de un pesimismo atroz, porque la conclusión de Lem es que el ser humano es soberbia e inconscientemente antropocéntrico, y que puede darse el caso de que no será capaz de reconocer a otro ser inteligente ni aunque lo tenga delante de sus narices… salvo, quizá, cuando ya sea demasiado tarde.
A pesar de todo lo dicho, la obra me ha gustado. Es más, me ha animado a añadir varias obras más del polaco a mi lista de compras futuras, incluso de tono humorístico (parece). Ya veremos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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