domingo, 28 de enero de 2018

Bla ble bli

Vaya por delante que entiendo el valor de toda lengua –de cualquier lengua- como un depósito cultural, y que la pérdida de la misma supone un daño irreemplazable al acervo del conocimiento humano. Pero entre eso y lo que voy a comentar media un abismo.
Subidos al carro de las reclamaciones identitarias, han surgido en Asturias gentes que defienden que el bable debería establecerse como idioma cooficial en el principado, y que su coste rondaría los seis o siete millones de euros al año; una cantidad que ni usted ni yo, estoy seguro ganamos todos los meses. Aunque creo que la dificultad de entender a un bableparlante sería similar a la de un gallego parlante –idioma cuya peculiaridad parece residir en no decir ni sí ni no sino todo lo contrario, y en convertir todos los pronombres en enclíticos-, estudios más serios demuestran que la cooficialidad del bable costaría diez veces más de lo que afirman sus defensores: el coste total estaría entre los sesenta y nueve con dos y los setenta y tres con uno millones de euros.
Porque, volviendo al comienzo de la entrada, si nos empeñáramos en defender el uso de todos y cada uno de los idiomas que en el mundo han sido, seguiríamos hablando todos en latín. O en vascuence que, como todo el mundo sabe, es el idioma que hablaban nuestros primeros padres.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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