lunes, 3 de septiembre de 2018

Cuesta abajo y embalados

Pdr Snchz montó su moción de censura porque, vino a decir, Mariano Rajoy era indigno de ocupar la presidencia del Gobierno de España. Él, a la cabeza de comunistas, separatistas, golpistas y filoterroristas, sería quien devolvería la dignidad al puesto y conduciría a España por la senda de la honradez y del progreso.
Hace un mes, a dos meses de llegar a La Moncloa sin haber ganado unas elecciones generales y, de hecho, tras haber pulverizado dos veces el suelo electoral de su partido, tuvimos muestras sobradas de lo que los socialistas españoles entienden por dignidad, honradez y progreso, y en quiénes se han apoyado para encaramarse al poder.
En primer lugar, el Gobierno (la gobierna, diría Carmen Pixidixit) negó la posibilidad de autodeterminación a los golpistas catalanes, pero ofreció lealtad federal y más dinero al consejo regional de gobierno. Dejando aparte el hecho de que, en la mayor parte de los estados federales –vamos a obviar que ese tipo de estados se construyen de abajo a arriba, y no al revés- las partes constitutivas tienen menos competencias que las comunidades autónomas españolas, ¿qué demonios sabe un socialista español de lo que implica el término lealtad? De los golpistas catalanes, ya ni hablamos…
En segundo lugar, los suciolistos han hecho lo que todos los Gobiernos españoles han hecho al llegar al poder –más los de izquierdas que los de derechas, por aquello del maricomplejinismo de estos últimos-, es decir, colocar a amiguetes en los cargos con mejor sueldo de la Administración. A la porra el principio de mérito…
Finalmente, doña Rojelia ha tirado a la basura –perdón, a los bolsillos de sus amiguetes- setenta y seis millones de euros más en gastos de personal. Todos con un mérito indudable… el de ser parientes, amigos, amiguetes, amiguitos o conmilitones de los que calientan con sus posaderas las poltronas del gobierno municipal.
Todo eso, en dos meses. Si duran los dos años que todavía le quedan a la legislatura, no es que a España no la reconoce ni la madre que la parió: es que no habrá España que reconocer.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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